Esto puede dificultar las cosas para los padres mientras intentan encontrar lugares de juego y actividades para sus hijos.
En qué se diferencia el juego en personas autistas
Los niños con autismo juegan de manera diferente a otros niños. Incluso a una edad muy temprana, los niños con autismo son más propensos que sus compañeros típicos a alinear objetos, jugar solos y repetir las mismas acciones una y otra vez. También es menos probable que participen en juegos que requieran imaginación, colaboración o comunicación social.
Por supuesto, muchos niños sin autismo alinean objetos, juegan solos o eligen otras actividades en lugar de la fantasía. Pero mientras que los niños con autismo aparentemente desconocen las actividades y preferencias de los demás, los niños en general imitan a sus compañeros para aprender nuevas habilidades de juego, colaborar con otros y hacer preguntas cuando están confundidos.
Los niños típicos que juegan solos generalmente lo hacen por una razón y son capaces de unirse cuando están listos o animados a hacerlo.
Aquí hay algunas diferencias a tener en cuenta:
- Preferencia por jugar solo casi todo el tiempo (incluso cuando se le anima a participar en formas típicas de juego)
- Incapacidad o falta de voluntad para comprender las reglas básicas del juego compartido (tomar turnos, representar roles, seguir las reglas de un deporte o juego de mesa)
- Participar en actividades que parecen sin propósito y repetitivas (abrir / cerrar puertas, alinear objetos, tirar de la cadena del inodoro, etc.)
- Incapacidad o falta de voluntad para responder a propuestas amistosas de adultos o compañeros
- Aparente olvido de los comportamientos o palabras de otros niños (deambular por un grupo sin darse cuenta de que están jugando, treparse a un tobogán sin darse cuenta de que hay una línea, etc.)
- Incapacidad aparente para comprender los conceptos básicos del juego simbólico (pretender ser otra persona o pretender que un juguete tiene características humanas, etc.)