El Poder de los Juguetes STEAM en el Desarrollo Infantil

Los juguetes y el TDAH

Mientras más regalos se reciben menos se valoran y más rápidamente se aburren de ellos

Una de las primeras recomendaciones no es sobre el tipo de juguetes sino sobre la necesidad de controlar el número de juguetes que reciben los pequeños ya que, mientras más regalos se reciben menos se valoran y más rápidamente se aburren de ellos. En general se recomienda apostar, en lugar de por la cantidad, por la calidad de los juguetes y así, psicólogos y pedagogos advierten que la abundancia de regalos crea niños inmaduros e insaciables que a la larga se convierten en adultos insatisfechos.

En el caso de un niño con TDAH no se le deben de regalar más de tres juguetes a la vez ya que, mientras más opciones más difícil les resultará centrarse y descubrir los juguetes. Recuerda que a estos pequeños les cuesta más ignorar un juego o actividad para centrarse en otra y, por tanto, les va a resultar difícil divertirse con un solo juego teniendo muchas más opciones a estrenar. Ten en cuenta que estos niños son impulsivos, les cuesta focalizar lo esencial de cada situación, se despistan con estímulos secundarios, son inquietos y cambian de una tarea a otra en pocos minutos sin finalizarla.

En esto casos, a pesar de las peticiones y demandas excesivas del niño, se debe tender a una reducción de los mismos y siempre en equilibrio con su comportamiento con el objetivo de enseñar el valor de los objetos y la necesidad de conformidad con lo recibido. Así, otra recomendación es evitar concentrar los regalos en Navidad o en su cumpleaños ya que repartiendo los juguetes durante todo el año se consigue que el niño valore más cada juguete ya que el cerebro del niño con TDAH tiene una constante necesidad de novedad.

¿Cómo podemos saber cuál es el juguete perfecto para un niño con TDAH?

Teniendo en cuenta que no se puede diferenciar entre juguetes para niños con TDAH y juguetes convencionales lo más importante para acertar con nuestro regalo es considerar y tener en cuenta los gustos e intereses de nuestros pequeños.

Los juegos en pareja, como los Memory, Damas, Cartas, Tres en raya o Conecta 4 , el Quién es Quién, etc. para jugar un adulto con un niño con problema de atención y/o hiperactividad suelen ser muy adecuados ya que, además de ayudarles en aspectos como planificación, reflexividad, razonamiento o toma de decisiones permiten que el niño cuente con la ayuda y supervisión de un adulto que le guía, y le enseña a pensar.

Sin embargo, hay que tener cuidado en que sean juegos que no ocupen tiempos largos o que requieran demasiada concentración, como el ajedrez.

Por su parte, los juegos de mesa grupales en sus múltiples variedades: deducción, cartas, estrategias, de competencia, de cooperación, etc. que pueden adaptarse a gustos y edades diversas, son muy recomendables para mejorar aspectos como respetar turnos, respetar reglas o tolerancia a la frustración.

Aunque al jugarse con iguales requieren de un adulto que realice funciones de mediador son actividades con las que, además de disfrutar de una actividad lúdica se refuerzan áreas deficitaria a la vez que se involucra en actividades de grupo.

Las actividades plásticas: caballetes de pintura, plastilinas, arcillas, juegos de manualidades,… así como instrumentos musicales son, siempre que al pequeño le interese, además de divertidas muy beneficiosas para la concentración, la regulación emocional y el desarrollo de la autoestima.

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